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  • descripci : La pequeña Simone (le), con un acento francés, reemplazó a la camarera habitual, lo que significa que la dejó acumulando polvo en su camino al trabajo. Lo cual es malo, porque una vez que comiences a trabajar, intenta hackear la computadora. Desafortunadamente, Simone, Jay, olvida la carpeta y luego regresa solo para descubrir a Simone en acción. Enfurecido, Jay tomó a la misteriosa camarera y la empujó a la mesa. Quiere saber quién es realmente. Simone afirma que es inocente, incluso si ella lo aprieta y luego se lo pone en la boca. Necesitamos más persuasión, por lo que serán llevados al sótano. Jay se quita el uniforme rebelde, las tetas, de, desde la altura, de su ropa interior y le da una pelota. Levantó el brazo y ató el cuello con la rodilla, y Jay lo lanzó a una pelea agotadora con el codo doblado. Los puños del pezón son rojos, acostado aumenta el dolor. En tacones, en medias blancas, en forma de un cuerpo envuelto en un hilo, las tetas estrangularon el objeto. Ingle en la parte delantera, muslos arriba y abajo. Esta posición permite que el condón, la tanga, tenga acceso a su cuerpo. Ahora tiene que estar de pie frente a la viga, bromeando con la cinta, el letrero metido en la boca, Simon llorando mientras Jay jugaba con su cuerpo sensible. Los puños en los pezones ruedan lágrimas por las mejillas. Por lo tanto, debe pasar por un seguimiento muy estricto. Después del cambio, las bromas, la melodía descarada, el pezón de Jay apretó sus nudillos hasta que todo casero trios su cuerpo quedó colgado en un palo. ¿Vas a decirle todo lo que quiere saber? Después de una dura batalla con los regimientos, Simone finalmente se cansó. Jay sacó los alicates y en broma confesó su secreto, estoy seguro de que lo despedirán. Pero Jay tiene muchas sorpresas para la pobre Simone. El día anterior estaba sentado en una silla, y la curva del codo es notable porque está doblada debido a los caballos más grandes. El robusto agarre del codo permite que el tomador de decisiones se extienda y rocíe hasta que tenga acceso completo a su trasero rosado. Bambi se sienta a caballo en su cara, grita mientras Jay usa grandes golpes en su pecho, muslos de coño. Sentado en un tobillo abierto, Bambi se pone grandes esposas y se ríe. Después de levantar el cabrestante, Jay dejó de retorcerse en marrón y, con la ayuda de un látigo, giró lentamente el cuerpo. El pequeño último esclavo era un pilar duro: esposas, cadenas llenas de horror, esposas que mordían su pecho.